Electrifying Eugene, un nuevo cortometraje documental del Proyecto Fugas de Gas, cuenta la historia del esfuerzo de una ciudad por hacer la transición a la electricidad limpia, y la campaña sin cuartel de la industria de los combustibles fósiles para mantener a la comunidad dependiente del gas metano.
No esperes, dile a la Comisión para la Seguridad de los Productos de Consumo que actúe ya y garantice que los consumidores de todo el mundo son conscientes de los peligros que entrañan las estufas de gas.
Nadie debería verse obligado a financiar a los grupos de presión de los combustibles fósiles cada vez que paga su factura energética. Pero esa es la realidad actual de millones de estadounidenses cuyas empresas de servicios públicos son miembros de la Asociación Americana del Gas.
Hoy, un grupo de senadores encabezados por Ed Markey ha instado a la Comisión Federal de Comercio (FTC) a que tome medidas enérgicas contra la comercialización por parte de la industria de los combustibles fósiles de gas natural «certificado», un concepto cada vez más popular pero totalmente desregulado que afirma producir gas con menos emisiones de metano.
¿Alguna vez has tenido una pareja romántica que intentara gasearte y ocultarte quién es en realidad?
Imagina por un momento que eres un ejecutivo de empresa muy bien pagado que acaba de descubrir que el producto que vendes está enfermando a la gente, especialmente a los niños.
La industria de la fracturación hidráulica ha puesto sus miras en los parques estatales de Ohio, y al parecer está cayendo a nuevos mínimos en su intento de empezar a perforar en terrenos públicos.
Esta semana, los ejecutivos del petróleo y el gas organizan el Foro Norteamericano del Gas, una reunión a puerta cerrada en un lujoso hotel de la capital del país, donde sus carísimos grupos de presión instarán a los reguladores del sector a aprobar proyectos masivos de exportación de gas licuado (GNL) como el Calcasieu Pass 2 (CP2).
Los residentes en Chester, Pensilvania, ya viven con la contaminación tóxica del aire procedente de una de las mayores incineradoras de basura del país, una planta de tratamiento de aguas residuales, refinerías de petróleo y otras industrias pesadas.
Si tienes aparatos de gas «natural» en casa, la llamada procede realmente del interior de la vivienda.
