BigGasPolluters.org, una coalición que incluye el Proyecto Fugas de Gas y Earthworks, se puso en marcha en mayo de 2024 para responsabilizar a los productores de petróleo y gas y hacer un seguimiento de las afirmaciones y acciones de la industria en relación con el metano. Casi un año después, la primera actualización anual del sitio web de BigGasPolluters (BGP) base de datos interactiva revela varias ideas clave, aunque preocupantes.
Cuando se publicó por primera vez el BGP, descubrimos que algo más de la mitad (51) de los 100 mayores productores terrestres de petróleo y gas de Estados Unidos no habían establecido ningún objetivo público para reducir su contaminación por metano. Pero en lugar de mejorar gradualmente con el tiempo, descubrimos que había en realidad más empresas -un total de 56- sin objetivos de metano en la actualidad. Mientras tanto, las pruebas sugieren que las emisiones de supercontaminante de la industria estadounidense de combustibles fósiles siguen aumentando.
Entre las que no tienen objetivos de emisión de metano se encuentran empresas dirigidas por políticamente–políticamente multimillonarios que lideran la carga para debilitar las normas de sentido común sobre contaminación por metano, dos grandes productores de gas comprados por conglomerados japoneses de servicios públicos, y numerosos operadores propiedad de familias adineradas o de oscuros fondos de capital riesgo. La lista continúa, e incluye incluso empresas vinculadas a una de las mayores compañías de servicios financieros del mundo y al mayor promotor de energías renovables de Estados Unidos.
Al mismo tiempo, el año pasado también estuvo marcado por una avalancha de sanciones y acuerdos extrajudiciales sorprendentes para los contaminadores del petróleo y el gas. La Agencia de Protección del Medio Ambiente de EEUU (EPA) llegó a un total de 7 acuerdos con empresas de combustibles fósiles en relación con supuestas infracciones de la Ley de Aire Limpio por parte de instalaciones de producción de petróleo y gas, más que en ningún otro año anterior del que se tenga constancia.
Además de todos los acuerdos anunciados por la EPA, los estados también han estado vigilando a la industria de los combustibles fósiles. El Departamento de Medio Ambiente de Nuevo México reveló el pasado julio que 75 de las 124 instalaciones inspeccionadas por la EPA en un periodo de seis meses infringieron las leyes estatales y federales sobre emisiones de COV.
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